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jueves, 6 de marzo de 2014

El Neodarwinismo

El neodarwinismo, o teoría sintética de la evolución, aúna las ideas de Darwin sobre selección natural, con las ideas de Mendel acerca de la herencia, y con los conocimientos modernos sobre la naturaleza del material hereditario (ADN) y la mutación, que se considera al azar. El neodarwinismo o teoría sintética es la visión más ampliamente aceptada, experimental y empíricamente avalada, en la actualidad acerca de los mecanismos por los que se produce la evolución.

La teoría sintética propone, además, que la evolución es gradual – es decir, los cambios que se producen son generalmente pequeños. Éstos se fijan o eliminan por selección natural, dando lugar a la evolución.

En las primeras décadas del siglo XX se desarrolló otra parte importante de la teoría sintética, denominada “genética de poblaciones”. Ésta establece que es importante pensar en términos de poblaciones más que de individuos. Una mutación no será automáticamente eliminada si es perjudicial o fijada si es beneficiosa.

En el primero de los casos, su frecuencia en la población tenderá a aumentar, y en el segundo, a disminuir, pudiendo ocasionalmente llegar a los extremos de fijación o extinción. Sin embargo, existe un componente de azar – por ejemplo, un individuo portador de una mutación beneficiosa puede ser depredado antes de haberse reproducido, con lo cual esta mutación beneficiosa desaparecerá. Lo que hace la selección es aumentar o disminuir la probabilidad de fijación de una mutación.

En la teoría moderna de la evolución también es importante la noción de “deriva”. Una mutación no sólo puede ser perjudicial o beneficiosa; también puede ser neutral – es decir, ni beneficiosa ni perjudicial. Estas mutaciones se fijarán completamente, o desaparecerán de la población, por azar – debido a las fluctuaciones en la tasa de reproducción de los individuos. La corriente “neutralista”, surgida en los años 70 del siglo XX, propone que la gran mayoría de las mutaciones son de este tipo, y que por tanto gran parte de la variabilidad genética que observamos no ha sido seleccionada, sino más bien fijada por azar.

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